La Historia detrás de la Historia
Hay quienes se aventuran a creer que conocen a las personas en su totalidad, yo creo que a veces solo vemos partes, aristas o facetas del “quienes somos”, pero con ello es suficiente para que ese detalle, esos instantes toquen tu vida.
Recuerdo mis Inicios en el Coaching, cuando comencé la formación, siempre me acerco a las personas por afinidad vibratoria. Y ese día en el corte allí estaba Aldo Cohenar, mi querido compañero, con quien compartimos toda la formación como Coach´s Profesionales y que, a lo largo del tiempo llevamos adelante una amistad basada en la profesión en el amor a lo que hacemos y en establecer objetivos que trasciendan lo personal pensando siempre en dar lo mejor.
Muchas cosas pasaron, muchas veces los caminos se des-encontraron, pero siempre nos encontrábamos para intercambiar ideas, crear algo y escucharnos.
Aldo con el tiempo Fue madurando su propio Coaching, destilándolo al estilo de los Grandes Coach´s y compartiendo generosamente ese aprendizaje con quienes le rodeamos.
Aldo no la llevaba fácil, con unos cuantos temas de salud y su corazón que funcionaba en un 50%, se reía y con alegría me contaba que los médicos hace años se preguntaban como hacía para funcionar, el sabía como y me lo compartió ese día que en una reunión de trabajo nos quedamos hasta altar horas charlando sobre los devenires de la vida, el drama y el sentido de vivir una vida con propósito.
Reflexionamos sobre la bendición de ser docentes, por el doble aprendizaje y el saber que cuando nos damos y nos brindamos por completo todo llega multiplicado a nuestras vidas. “Cuando enseñamos aprendemos con nuestros alumnos.”
Aldo Vivió con compromiso y valor, y en más de una ocasión y aunque le faltaran fuerzas asistió a clase, a reuniones directivas, etc. y tuvo la entereza de regalar su sonrisa y sus enseñanzas generosamente.
El Legado que nos deja es la pasión por el construir, comenzó construyendo con sus manos, como el más noble de los carpinteros y luego continuó sus días construyendo almas y extendiendo puentes.
La noche en que nos despedimos, bien reciente el 26 de setiembre, charlamos sin tapujos sobre las delgadas líneas ente los planos sutiles, y la presencia de quienes se han ido ya pero que están presentes en nuestras vidas, presentes en el recuerdo y la memoria, pero también presentes para quienes pueden ver entre la delgada línea que separa los mundos invisibles.
Creo que también el estará muy presente entre quienes compartimos su pasión y su camino, como un maestro o guía que se nos adelantó un poco, y nos guiará desde la intuición y la conciencia.
La antorcha que nos deja es su espíritu impreso en la forja del Coaching Ontológico en Uruguay, por tanto, su nombre estará siempre en alto entre aquellos pioneros que, con su bondad, sencillez y entrega han dejado plasmada su huella en la memoria y el corazón de quienes le rodean.
Aldo es uno de Ellos, y así le Honraremos.
Gracias Aldo por haber formado parte de nuestras vidas, la mía, y la de colegas, alumnos y toda la familia que tu conformaste.
Mauricio Serrato
Redactado para ACOP (Asociación de Coaching Ontológico Profesional)